La palabra negro en España

Hace dos semanas cenaba en la casa de mi madre en Alicante con mi hermano y su esposa senegalesa. Mi madre suele tener la radio encendida mientras desayuna o cena y de repente escucho en la radio la pregunta <<¿Por qué es racista decir que los negros tienen la polla más grande?>>.

Creo que fui el único que lo oyó, pues estábamos metidos en una conversación entretenida, pero poco después pregunté, incrédulo, ¿será posible lo que acaban de decir en la radio? Me pareció extremadamente grosera y racista la pregunta. La periodista Pepa Bueno (minuto 14:00) aunque esté hablando de un vídeo de Moha Gerehou, a quien está entrevistando, formula la pregunta de esa manera. No dice el hombre africano, de origen africano, o el hombre negro, tiene el pene más grande. O sea que había dos cosas que estaban mal con la pregunta de Pepa, el haber usado la palabra negro cuando no era imprescindible y el haber usado una palabrota, pues no he visto ningún vídeo del señor Gerehou en el que use ese taco. Desde luego en los EEUU, donde vivo, hablar de esa forma en la radio es la manera más rápida de quedarse sin trabajo, pues tales palabras siempre dan lugar a que se malentiendan y van a ser interpretadas como completament racistas, irresponsables e irrespetuosas.

La mañana siguiente hablando sobre el tema con mi hermano y su mujer, que al igual que mi madre, viven en Alicante, me enteré que a mi hermano también le da horror oír la palabra negro o negra en España cuando se usa como substantivo para describir a gente de piel oscura, africana, de origen africana, o afroamericana. Los dos estamos casados con mujeres africanas, yo con una togolesa, y tenemos hijos birraciales, que así los llamo, pues me disgusta la palabra mulato. Mi cuñada también opina que el uso de la palabra negro en España es racista. Mi mujer no podría opinar pues no habla castellano.

En Chicago donde vivo, cuando hablo español, jamás se me ocurriría llamar a los afroamericanos negros, ni siquiera los llamaría personas negras. Aunque tal vez algún hispanohablante use este vocablo, creo la gran mayoría de la gente me miraría mal. Tampoco hay muchos españoles por aquí, y aunque el español es un idioma muy importante, nuestra modalidad dialéctica peninsular es bastante desconocida por estos lares.

Familiares míos en España me han comentado que cómo va a ser racista la palabra. Se oye bastante, que si los negros esto, que si los negros aquello. El que así piense tal vez podría preguntarle a un africano que viva en España, ¿le molesta que le llame negro o negra cuando le hable? O tal vez a una persona asiática le podemos preguntar si le molesta que le llamemos amarillo. De la misma forma en España sería de mala educación llamar a un vecino “blanco” simplemente porque nos apetezca. Alguna persona habrá a la que tal vez no le moleste pero tampoco significa que no sea racista usar la palabra negro cuando no sea necesario. Me recuerda a una situación en Haití, cuando fui con mi primera esposa a la ciudad de Arcahaie. Yo era la única persona blanca y -aunque quizás no fuera cierto- sentía que llamaba muchísimo la atención en esa ciudad provinciana. En un determinado momento, una tarde, unas sobrinas de mi ex-mujer me llamaron blanc. La verdad es que me hirió los sentimientos y hasta se me saltaron las lágrimas. Me pareció cruel y falsa la palabra, a pesar del mucho orgullo que puedan sentir los haitianos de haberse quitado a los franceses de encima. Yo no soy un blanc, pensé, soy el marido de vuestra tía, que la quiere. No soy esa idea, ese estereotipo, ese preconcepto, como se llama en Brasil.

Hoy en día los científicos saben que las razas humanas no existen. Tener el color de la piel diferente, el pelo, la nariz, son simplemente rasgos del ser humano. No existe la raza negra, ni la amarilla, ni la roja, ni la blanca. Las razas son exclusivamente conceptos culturales y lingüísticos. Sería incorrecto llamar a la gente con sobrepeso, de raza gorda, a los de la nariz grande, narigones, etc.

A finales de los años 80, cuando estudiaba en la universidad de Wisconsin, era común el debate de cómo denominar correctamente a los afroamericanos. Leí bastante sobre la palabra “black” en inglés y que a mucha gente afroamericana le disgusta. Ya existía el sinónimo “African-American” como substituto, y aunque lo políticamente correcto tenga sus enemigos, se necesita una palabra para no ofender a nuestros hermanos. Sí, aquellos que los europeos esclavizamos durante siglos y a quienes les quitamos sus tierras en África y contra los que cometimos genocidio.

Es verdad que la palabra black ha sobrevivido, se sigue usando, lo hemos visto con el Black Lives Matter, y con otros ejemplos, pero no deja de ser un adjetivo incorrecto. No, no son blacks, son gente de piel oscura. No somos blancos tampoco, somos gente de piel clara. Que no se nos olvide. En el fondo son palabras injustas, creaciones de la mente ignorante del ser humano que no encajan para describir las verdades de los pueblos de este planeta.

En aquella universidad en Madison aprendí que el racismo puede ser ignorancia también. No es sólo el odio a otras “razas”. Cuando oigo a alguien decir que no es racista porque tiene amigos negros, o que no puede ser racista porque, por ejemplo, su hermano está casado con una mujer negra, o inclusive cuando oigo a alguien negar ser racista tan convencido, inmediatamente entiendo la ignorancia que hay en ese tipo de comentario. El que cree no ser racista con tal certidumbre lamentablemente no tiene ni idea y -curiosamente- hace poco escuchamos a la familia real británica afirmarlo. El problema no es que una persona por dentro no sea racista sino que hay comentarios que son racistas, y no se pueden hacer, a pesar de que una persona no haya tenido intenciones racistas, o que para sus adentros crea que no lo sea. Sé que si a mi hermano o a mí se nos acusara de ser racista, jamás argumentaríamos que estamos casados con mujeres africanas y que por lo tanto eso es imposible. Averiguaríamos qué hubiéramos dicho que fuera racista, cómo no volver a cometer ese error, aprenderíamos de esa experiencia, pediríamos disculpas y prometeríamos no volver a hacerlo. Nadie es perfecto y no se puede saberlo todo, por mucho tiempo que haya vivivo en los EEUU, en el sur de Chicago, entre una mayoría de gente afroamericana, casado con una mujer togolesa; con dos hijos adolescentes que aquí son considerados afroamericanos, ni por muchos años que mi hermano haya vivido en Senegal. Nadie es perfecto, ni lo puede saber todo.

Yo también cometí ese error cuando tenía 19 años. En una conversación con un chico y una chica afroamericanos, mientras bebíamos mucha cerveza, se me ocurrió comentar, que el hombre africano tiene el pene más grande. No me lo creía cuando me dijeron que era un comentario racista pues pensé era un halago, todo un honor tenerla más grande. No me daba cuenta que es un estereotipo deshumanizador, que cómo se va a saber, de todos los millones de seres humanos que hay, ¿quién lo va a saber y cómo? Sobrio no lo hubiera dicho. ¿Pero a quién se le ocurre decir semejante disparate y cómo venía al cuento tal pregunta con unas personas que apenas conocía?

Un amigo senegalés en España me comentaba que en una clase para ser azafato, que al expresar que le era difícil nadar, pues uno de los requisitos para serlo es superar una prueba de natación, el profesor dijo que los negros no saben nadar muy bien. Después para arreglarlo, al ver que se había equivocado, pero indudablemente sin entender el porqué, el profesor comenzó a decir a la clase que los negros son más musculosos. Ahí el senegalés le frenó al profesor, que -por favor-no dijera nada más. Después de la clase fue a hablar con su alumno <<Por favor no me odies, no me odies, sé que he metido la pata>> pero no le pidió disculpas. El profesor no se dio cuenta que había dicho algo racista y le preocupó más quedar bien con su alumno, no corregir su gran desacierto.

En Chicago en mi trabajo de intérprete judicial he participado en casos en los que algún testigo ha hablado de una persona afroamericana y usado la palabra moreno, que es la que los hispanohablantes de esta zona usan. Con esta acepción es una palabra de origen puertorriqueño, si no me engaño, y por supuesto la prefiero mil veces a la palabra negro. Siendo español, esta palabra me parecía rara hace muchos años cuando empecé a trabajar de intérprete. En España obviamente, estar moreno no es lo mismo que ser oscuro de piel o de ascendencia africana. Pero está claro que una de las razones de que exista esta palabra es para evitar decir negro porque el puertorriqueño entiende que no es correcto llamar negros a los afrocaribeños, o a los afrodescendientes, y está mal visto hacerlo en esa tierra.

Por lo tanto si en Puerto Rico no se usa la palabra negro, en España no debemos usarla tampoco. Recientemente hablando con un amigo puertorriqueño de este tema, me comentaba, <<la palabra moreno es bonita. Es bonito estar moreno>>.

Supongo la palabra negro seguirá siendo usada en ciertos contextos, se me ocurre uno que he vivido:

Abogado: Can you please describe the man you saw?

Intérprete: ¿Por favor, puede describir a la persona que usted vio?

Testigo: Era un moreno.

Intérprete: He was a swarthy fellow. [Era un tipo moreno. En inglés moreno, swarthy, es adjetivo. Traducirlo He was a black man sería una traducción correcta también pero si el testigo no es puertorriqueño, el intérprete no debe asumir, pues podría ser, por ejemplo, una persona hindú de piel muy oscura. La primera acepción de black man sería de hombre de color de piel oscura pero de origen africano].

Abogado: What do you mean? Was he black? Was he a black man? Was he an African-American? Somebody of African descent?

Intérprete: ¿Qué quiere decir usted? ¿Era negro? ¿Era un hombre negro? Era un africano-americano? ¿Alguien de ascendencia africana?

Testigo: Exacto.

Intérprete: Correct.

Copyright © 2021 Jorge Luis Carbajosa

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